Un proyecto de ConcienciaCívica

Hemos creado la Medalla de la Constitución. Para ponértela, es necesario leer "Mi Primera Constitución", una explicación de la Constitución española para niños. El texto terminó de publicarse en este blog el día 6 de Diciembre, fecha en que la Constitución Española cumplió 30 años. Si tienes alguna duda puedes consultarla con tus padres o enviarnos un correo a concienciacivica@ymail.com. ¡Animo!

sábado, 6 de diciembre de 2008

14. ¡CUÉLGATE LA MEDALLA!


¡¡ENHORABUENA!!. Has leído todo lo que dice la Constitución. Si quieres que te enviemos una medalla virtual (es un dibujo) junto con tu nombre y el día en que terminaste de leer la Consti, envíanos un correo con tu nombre y la fecha a concienciacivica@ymail.com y te la enviaremos. Es así:

13. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y REFORMAR LA CONSTI

Es el Tribunal encargado de vigilar que se cumple la Constitución. Por ejemplo, cuando se hace una ley, ésta no puede tener nada que vaya en contra de lo que dice la Constitución. Si algún grupo político cree que una ley, aunque haya sido votada en el Congreso, va en contra de lo que dice la Constitución, puede pedir al Tribunal Constitucional que la revise y decida si la ley es válida o no.

El Tribunal Constitucional también revisa y decide en caso de que surja algún conflicto entre el Estado y las Comunidades Autónomas o si algún ciudadano cree que no se están respetando sus derechos y libertades fundamentales, que están detallados en la Constitución y que ya vimos antes.

Este Tribunal está formado por 12 personas muy prestigiosas y respetadas, que pueden ser Jueces que lleven muchos años en ejercicio, profesores de Universidad, funcionarios, abogados... El caso es que deben de ser personas muy sabias porque las sentencias de este Tribunal no se pueden apelar: o sea, que no hay vuelta de hoja.

LA REFORMA DE LA CONSTITUCION

Nada es perfecto, y la Constitución tampoco, por eso se puede reformar. Claro que para reformarla hay que organizar tal movida y tiene que haber tanta gente de acuerdo, que no se puede reformar así como así. Para ir mejorando la vida de los ciudadanos y solucionar los fallos que van surgiendo, se van creando nuevas leyes, que aprueban las Cortes: o sea, no es necesario reformar la Constitución cada vez que se quiere cambiar o mejorar alguna ley. La reforma de la Constitución se plantea para casos muy especiales. Por ejemplo, si la Constitución se redactó hace tantos años que la sociedad ha ido cambiando mucho y hay cosas que ya no tienen nada que ver con la sociedad actual

Los únicos que pueden proponer una reforma de la Constitución son el Gobierno, el Congreso o el Senado. Para que se apruebe esta propuesta tiene que votarse en el Congreso y en el Senado y estar de acuerdo una mayoría muy amplia de sus miembros y, si se aprobara, habría que celebrar un referéndum para que todos los ciudadanos votaran si quieren o no la nueva Constitución.

Y esto es todo. Y a partir de aquí a los ciudadanos nos corresponde conocer y proteger lo que se dice en nuestra Constitución, firmada por el Rey y por los presidentes de las Cortes, el Congreso y el Senado de 1978, para que podamos ir mejorando un sistema, la Democracia, que es el mejor de todos los que se conocen y que sólo funciona en unos cuantos países del mundo. Nosotros tenemos ese privilegio y esa responsabilidad, porque si la sal se vuelve sosa ¿quién la salará?

12. LA ORGANIZACION TERRITORIAL DEL ESTADO

España es un país que está formado por Comunidades Autónomas, que están formadas por provincias que, a su vez, están formadas por municipios. En cada uno de estos sitios la organización en muy parecida a la del Estado en pequeñito: hay elecciones a Alcalde en los municipios, elecciones a presidente en las Comunidades Autónomas, se obtiene el dinero a través del Estado y de los impuestos y se reparte según las necesidades de los ciudadanos.

El Estado intenta que el reparto de la riqueza sea equilibrado entre todas las partes del territorio, para que no haya unas que sean muy ricas, muy ricas y otras muy pobres, muy pobres. Los derechos y obligaciones de los españoles son iguales en todas las Comunidades, provincias y municipios.

LAS COMUNIDADES AUTONOMAS

Las Comunidades Autónomas son 17, más 2 ciudades autónomas. Las comunidades son: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Aragón, Cataluña, Navarra, La Rioja, Extremadura, Castilla-León, Madrid, Castilla-La Mancha, Valencia, Murcia, Andalucía, Islas Baleares y Canarias, y las ciudades: Ceuta y Melilla.

Las Cortes pueden autorizar la formación de una Comunidad Autónoma, si se cumplen las condiciones necesarias.

Ya hemos visto que el presidente de la Comunidad y sus ayudantes son elegidos por los ciudadanos de esa Comunidad mediante las elecciones, igual que las elecciones a Presidente de Gobierno. Así, en las Comunidades se forman unos gobiernos en pequeño: con su presidente y sus consejeros, que son como los Ministros.

Si, por ejemplo, la Ministra española de Educación, tiene que repartir el dinero entre las Comunidades para construir colegios nuevos, tendrá que ver lo que dicen los consejeros de educación de todas las Comunidades para saber qué se necesita en cada una. El Ministro de Sanidad tendrá que ver lo que dicen los consejeros de Sanidad y la Ministra de Cultura lo que dicen los consejeros de Cultura.

Igual que en el resto del país, en las Comunidades Autónomas el poder se reparte en: legislativo (Asamblea o Parlamento), ejecutivo (el Consejo de Gobierno con su presidente) y judicial (Tribunal Superior de Justicia).

Las Comunidades pueden tomar sus propias decisiones sobre algunos temas (siempre, claro, de acuerdo con la Constitución y las leyes), pero hay otros temas sobre los que decide el Estado. También reciben dinero del Estado y pueden tener sus propios impuestos.

viernes, 5 de diciembre de 2008

11. ECONOMIA Y HACIENDA

La riqueza de un país tiene que servir para mejorar la sociedad. Había un señor que tenía mil millones de euros y los tenía enterrados bajo el mar para que no se le gastasen. El pobre se murió de hambre. Su hija heredó los mil millones y decidió gastárselos en lo que más le gustaba: las gominolas. La pobre murió de un empacho. El dinero vale para lo que quieras hacer con él: puede ser para vivir mejor, pero también para vivir peor si no sabes usarlo. Y muy importante: como el dinero es un arma de poder, también puede usarse para que uno viva mejor a costa de que los demás vivan peor. Una vez más, la Constitución establece ciertas normas para evitar los abusos.

Por ejemplo: el Estado facilita que todos podamos participar en la Seguridad Social (la institución que utiliza el dinero de los impuestos para que podamos ir al hospital, tener derecho a cobrar desempleo si estamos en paro o cobrar pensión si estamos jubilados), que todos podamos participar en las empresas, que son las que generan dinero y que se formen cooperativas (empresas en las que los dueños son los que trabajan en ellas), que los trabajadores puedan ser dueños de los equipos de producción. Hay que decir que un buen empresario es algo muy importante y bueno para la economía, pero también es muy bueno que haya buenos trabajadores que quieran formar su propia empresa sin tener un sólo empresario. Da igual cómo sea la forma que tome: el Estado debe formentar las buenas iniciativas que sirvan para mejorar la sociedad. Ya sabemos que las cosas no son perfectas y que hay muchos fallos que resolver, pero el objetivo debe a perseguir a la hora de tomar medidas será siempre el bien común.

El Estado también hará lo posible para que se modernicen y desarrollen los sectores económicos (o sea, los distintos grupos en los que uno puede trabajar) pero sobre todo: agricultura, ganadería, pesca, artesanía y zonas de montaña.

El Estado hará sus planes para que la economía funcione mejor, para que se cree más riqueza y para distribuirla mejor. Es decir, el Estado recauda dinero de los impuestos (el fondo de Hacienda) y no se lo queda: lo utiliza para mejorar las cosas que necesitan los ciudadanos (recuerda: el gobierno reparte el fondo entre los Ministerios y las Comunidades, encargados de crear y mantener: hospitales, bibliotecas, colegios, carreteras...).

Para saber cuánto dinero hay que dedicar a cada cosa, el Gobierno tiene que recibir información de las Comunidades Autónomas, los sindicatos, economistas y organizaciones de profesionales y empresarios.

El Estado también se encarga de conservar las propiedades que son del Estado (es decir, que no son de una persona sino que pertenecen a todos los ciudadanos), por ejemplo: los monumentos, las playas, bosques...

Y como todo este dinero sale de los impuestos, el Estado es el que se encarga de decidir cuántos impuestos tiene que pagar cada uno. Aunque las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos también pueden pedir sus propios impuestos.

LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO

Esto es como la lista de la compra. Vamos a compararlo con una familia: los padres, o sea el Estado, consiguen dinero trabajando, o sea, de los impuestos, miran a ver qué se necesita: pagar los libros del cole, ropa, comida, arreglar el coche, juguetes..., o sea, consultar con las Comunidades, sindicatos, patronal, y para saber cuánto dinero hay que dedicar a cada cosa, hacen la lista, o sea, los presupuestos generales del Estado.

Los presupuestos generales del Estado los elabora el Gobierno cada año y tiene que llevarlo a las Cortes para que sean aprobados.

Para controlar que el dinero de los impuestos se está gastando correctamente y que nadie se aprovecha, existe el Tribunal de Cuentas, que vigila cómo se gasta el dinero y que cada año manda un informe a las Cortes donde explica cómo ha ido todo y si han pillado a alguien con las manos en la masa.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

10. EL PODER JUDICIAL

Ya vimos que el poder Legislativo eran las Cortes, las que hacen las leyes, el poder Ejecutivo era el Gobierno, el que las pone en marcha, y nos faltaba el poder Judicial, el que se encarga de vigilar que la ley se está cumpliendo y que está formado por todos los Jueces y Magistrados.

Los Jueces tienen que ser independientes y tener en cuenta sólo lo que dice la ley. Vamos, que aunque el acusado le caiga bien al Juez, si él ve que ha hecho algo en contra de la ley, tiene que condenarle, y aunque le caiga mal, si ve que es inocente, tiene que absolverle. Además, deciden, según lo que dice la ley, cuál es la pena o el castigo que tiene que cumplir el condenado.

Para ser Juez hay que hacer la carrera de Derecho y luego seguir estudiando muchos años para aprender muy bien todas las leyes. Por eso, los miembros del poder Judicial son los únicos que pueden juzgar. En otros sistemas que no son democráticos, los políticos pueden juzgar y condenar si les da la gana, pero en un sistema democrático no: tiene que haber un juicio y un juez que decida después de escuchar a todas las partes. Esta es una de las características más importantes de los sistemas democráticos.

Los ciudadanos tenemos derecho a juicios justos en los que tengamos la oportunidad de defendernos y también la responsabilidad de cumplir las sentencias de los jueces y colaborar con la Justicia. Las decisiones de los jueces tiene que estar explicadas: el Juez dice si ha decidido que un ciudadano tiene razón o no y tiene que explicar porqué lo cree. Si un Juez se equivoca al juzgar a un ciudadano, el Estado le compensará con una indemnización. El Tribunal Supremo es un grupo de jueces que pueden decidir si un Juez se ha equivocado en un juicio.

Los Jueces no pueden tener otros cargos públicos: si quieren pasar a ser políticos, por ejemplo, tienen que dejar el puesto de Juez. La Justicia es gratuíta: nadie tiene que pagar a los Jueces, ya que es el Estado el que paga sus sueldos.

Los Jueces y el funcionamiento de los juzgados están organizados por el Consejo General del Poder Judicial, que es un grupo de 21 jueces, magistrados, abogados y juristas, que se eligen cada cinco años.

martes, 2 de diciembre de 2008

9. LAS CORTES Y EL GOBIERNO

Antes de empezar con las Cortes hay que saber que, en España, como en casi todos los países Democráticos, tenemos el poder dividido en tres partes: el poder Legislativo, o sea, donde están todos los políticos elegidos por los españoles, sean del Gobierno o no, y que entre todos sacan las leyes o mejoran las que ya hay; el poder Ejecutivo, o sea, el Gobierno, que tiene que poner en marcha esas leyes; y el poder Judicial, es decir, los jueces, que se encargan de hacer que se cumpla la ley. Esta división de los poderes se hace para que no haya uno que mande más sobre los otros: cada uno manda en su parcela y cuida de que el otro no se pase. Es como en el cuento de "La Rata convertida en mujer": una rata tiene el deseo de ser mujer porque los hombres son los más poderosos de la tierra, pero un hombre le dice que no, porque no han conseguido dominar al sol, ella se dirige al sol y el sol le dice que tampoco es el más poderoso porque una simple nube puede ocultarlo, se va a la nube y le dice que a ella le puede el viento, el viento dice que no puede pasar si está la montaña y la montaña le cuenta que un simple ratón la está agujereando hasta hacerla caer. Todos los personajes son más poderosos que otro y tienen a otro que es más poderoso que ellos, así se mantiene el equilibrio. Lo mismo pasa con los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.

Las Cortes Generales son el poder legislativo, es decir, la reunión de los políticos de todos los partidos que han sido elegidos por el pueblo para que trabajen sacando leyes. Las Cortes Generales se dividen en dos partes: el Congreso y el Senado.

Cada 4 años se celebran elecciones generales para ver quién es el Presidente del Gobierno. Cada partido tiene a un candidato que quiere ser presidente, a los políticos que forman su equipo y el programa con todas las cosas que van a hacer si les eligen. Los ciudadanos decidimos quién nos parece mejor y el día de las elecciones ponemos nuestro voto en una urna transparente. El partido que más votos ha sacado es el que gobierna, aunque también pueden gobernar varios partidos juntos si entre todos sacan más votos y se ponen de acuerdo. Los que no han tenido suficientes votos para gobernar forman la Oposición y trabajan vigilando que el Gobierno haga las cosas bien y no se pase. Los miembros del partido que gobierna y los de la Oposición, se llaman los diputados y se reunen en el Congreso para sacar las leyes. En el Congreso hay entre 300 y 400 diputados.

Como ya vimos, cualquier español adulto que tenga todos los derechos políticos (o sea, que no esté en la cárcel, por ejemplo) puede presentarse a las elecciones y tiene derecho a votar, incluso si está fuera de España (entonces, envía el voto por correo).

El Senado es la otra cámara de las Cortes. En el Senado están los representantes de las provincias, regiones y comunidades de España. Cada provincia tiene 4 senadores, menos Ceuta y Melilla que tienen 2 y las islas, que tienen 3 por cada isla grande y 1 por cada isla pequeña. Los senadores también se eligen por votación de los ciudadanos cada 4 años. Así que, en las mismas elecciones, se meten dos votos en la urna: uno para elegir gobierno (los que van a ir al Congreso) y otro para elegir al que representa a tu provincia (los que van a ir al Senado).

No se puede formar parte al mismo tiempo de las Cortes y del poder judicial o de la Policía o el Ejército, porque cada poder tiene que tener su parcela, no pueden estar mezclados. Los diputados y senadores reciben un sueldo del Estado, como el Rey y los demás funcionarios.

En el Congreso se celebran reuniones para que todos los diputados puedan hablar por turnos y trabajar haciendo leyes. El que pone orden en los turnos es el presidente del Congreso. En el Senado también se celebran reuniones y hay un presidente del Senado.

La cosa sería más o menos así: los diputados de los partidos políticos están reunidos en el Congreso y los del partido "A" dicen: últimamente los trabajadores se quejan de que el salario mínimo que aparece en la ley es demasiado bajo y que quieren subirlo al doble; proponemos cambiar la ley para que en vez de 100, por ejemplo, sean 200. Entonces, todos los parlamentarios van a ver en qué ley está lo del salario mínimo: en el Estatuto de los Trabajadores. El partido "B" estudia la propuesta y dice que 200 le parece mucho, que con 150 ya va bien. El partido "C" dice que no hay que subirlo. El partido "D" dice que está de acuerdo con el partido "B". En fín, cada grupo da su opinión sobre el tema. Luego se reúnen para llegar a acuerdos de cómo va a quedar la ley finalmente. Lo escriben y lo votan en las Cortes. Si hay más votos a favor, cambian la ley que había por una nueva, y si hay más votos en contra, la ley que había se queda como está.

Hay veces que las Cortes le encargan al Gobierno que desarrolle una ley o el Gobierno dicta una ley provisional porque hay un tema urgente y no pueden esperar a las reuniones y votaciones de las Cortes. Pero lo que no puede sacar el Gobierno y sólo pueden hacerlo las Cortes son las leyes orgánicas. Son las leyes más importantes porque afectan a los derechos fundamentales de la persona, a las libertades de los ciudadanos o a los Estatutos de Autonomía, o sea, las de una Comunidad Autónoma.

Las Cortes, además de sacar las leyes, son las que autorizan a que se celebre un referéndum, que es una votación de los ciudadanos sobre un tema especialmente importante. Por ejemplo, hace unos años había que decidir si España formaba parte de la OTAN, que es un grupo de países que juntan sus ejércitos para defenderse en caso de ataque, y se organizó un referéndum que preguntaba: "¿quieres que España forme parte de la OTAN?" Los ciudadanos votaron y salió que sí y ahora España forma parte de la OTAN. Un referéndum puede hacerse en cualquier momento, no es como las elecciones que se celebran cada 4 años.

Las Cortes también tienen que autorizar los acuerdos políticos, militares o económicos de España con otros países, esto es, los Tratados Internacionales.

EL GOBIERNO

Como habíamos visto, de los tres poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Gobierno es el Ejecutivo, que se encarga de poner en marcha las leyes que salen de las Cortes, tanto las que son para el funcionamiento del país, como las que sirven para ver cómo se relaciona nuestro país con los demás.

El Gobierno está formado por: el Presidente, que es el jefe de los Ministros y revisa cómo van resolviendo los problemas, los Vicepresidentes, que son los que se encargan cuando el Presidente está de viaje, por ejemplo, y los Ministros, que son los que ayudan al Presidente cada uno en un asunto, por ejemplo: Ministerio de Sanidad (Hospitales, servicios sanitarios y salud de los ciudadanos), Ministerio de Economía (Hacienda, pago de impuestos y reparto del dinero para las necesidades del país), Ministerio de Cultura y Deportes (Museos, Exposiciones, Bibliotecas, Conciertos, Teatro, Cine, Competiciones...), Ministerio de Educación (Colegios, Institutos, Universidades, Guarderías..), Ministerio de Medio Ambiente (Limpieza del Agua, Ahorro de Energía, Bosques, Playas...), Ministerio de Industria (Fábricas...), Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ministerio de Defensa (Ejército), Ministerio de Interior (Policía), Ministerio de Asuntos Exteriores (Relaciones con otros países). Estos son sólo algunos ejemplos y no todos los gobiernos tienen los mismos ministerios: depende de cómo organice los temas cada uno.

Ya vimos que los gobiernos se eligen cada 4 años: los distintos partidos se presentan con sus candidatos (los que quieren ser Presidentes), con su equipo (los que quieren ser Ministros) y su programa (el plan de cosas que piensan hacer si les eligen). El que sale elegido Presidente tiene que ir al Congreso, presentar su plan ante los diputados (algunos de su partido y otros de otros partidos) y conseguir que la mayoría de ellos le apoyen. Si su partido ha sacado muchos votos y ha conseguido que haya muchos diputados, entonces está claro que le eligen. Si sus diputados no tiene la mayoría absoluta (o sea, más de la mitad), entonces tendrá que llegar a un acuerdo con otros partidos para que sus diputados le apoyen o gobernar sin la mayoría absoluta y negociar con los demás a lo largo del tiempo que esté gobernando. Los partidos que no están en el gobierno forman la oposición.

Si, a lo largo de los 4 años que dura cada legislatura, el Gobierno lo hiciera tan mal que todos en el Congreso estuvieran protestando todo el rato, o si el Presidente muere o dimite, entonces se pueden celebrar elecciones adelantadas, o sea, antes de que se cumplan los 4 años.

LA ADMINISTRACION PUBLICA

Para que el Gobierno pueda poner en marcha las leyes que van saliendo, necesita a muchas personas trabajando. En los Ministerios hay grupos de personas que se encargan de distintos asuntos, por ejemplo: si sale una ley que dice que los niños de la ESO tienen que aprender a tocar un instrumento en la clase de música, entonces el Ministro de Educación se encargará de ver cuántos colegios hay, cuantos niños de la ESO, cuántos profesores de música que saben tocar instrumentos, si hacen falta más, si hacen falta nuevos libros, cuándo se va a poder poner en marcha la ley, cuánto dinero hace falta para hacer todo esto.... El Ministro necesita ayuda de sus colaboradores, de las Comunidades Autónomas, de los directores de los colegios. Todas estas personas que trabajan con el Ministro, son funcionarios y ellos y los organismos en los que trabajan (también los profesores), forman la Administración Pública.

La Administración Pública tiene que funcionar de acuerdo con lo que dice la ley, no puede hacer cada uno lo que le dé la gana, y trabajarán para ello lo mejor que cada uno pueda para que el equipo funcione lo mejor posible.

El Ejército, la Policía y las fuerzas de Seguridad, dependen del Gobierno y tienen que proteger las libertades y los derechos de todos y conseguir que haya seguridad, o sea, que nadie se pase con los derechos de los demás. Hay una ley que determina lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer. Como ves, aquí todo se regula por ley, y la ley ha sido votada en las Cortes por los políticos que hemos elegido los ciudadanos votando en las elecciones.

LAS RELACIONES DEL GOBIERNO Y LAS CORTES GENERALES

O sea, las relaciones del Gobierno con los diputados de su propio partido y con los diputados de la Oposición. Aunque a veces parece que se pasan la vida discutiendo, el Gobierno y la Oposición tienen que colaborar para que las cosas funcionen lo mejor posible. Por eso, si el Congreso o el Senado le piden al Gobierno información sobre las cosas que está haciendo para poner en marcha las leyes, el Gobierno tiene la obligación de dársela. Si las Cámaras piden que venga algún miembro del Gobierno a dar explicaciones, éste tiene que ir, y él también puede ir cuando quieran, aunque no le llamen.

El objetivo es que los ciudadanos, y sus representantes, estén informados en todo momento sobre la marcha de la vida política.

Si una parte del Congreso está en contra de lo que hace el Gobierno, en general, puede proponer una moción de censura, o sea, que se vaya el Gobierno y pongan a otro. Si la mayoría del Congreso vota a favor de la moción de censura, el Gobierno tiene que dimitir y se nombra a un nuevo Presidente de Gobierno, que es el que aparece en la moción de censura. Esto de la moción de censura para cambiar el Gobierno es algo que no se usa casi, es sólo para casos muy exagerados de mal Gobierno. Lo normal es que el Gobierno y la Oposición discutan sobre las cosas y a veces se pongan de acuerdo y a veces no, pero sin cambiar de Gobierno así por las buenas.

lunes, 1 de diciembre de 2008

8. LA CORONA, O SEA, EL REY

El Rey es el jefe de Estado, el que representa a España en muchos de los actos de política internacional. Una cosa es la jefatura del Estado y otra la del Gobierno. En España el presidente del Gobierno se elige cada 4 años, pero el jefe de Estado no se elige: siempre es el Rey. Esto es porque España es una Monarquía Parlamentaria, o sea, con Rey y Parlamento. Por eso, el Rey reina, pero no gobierna y esto supone que el Rey no puede actuar por su cuenta, sino que tiene que hacerlo siempre con el apoyo y el acuerdo del Presidente del Gobierno.

Muchas de sus funciones son representativas, o sea, que una vez que los políticos deciden que se apruebe una ley, el Rey es el que lo anuncia oficialmente, o es el que anuncia a los candidatos al Presidente de Gobierno, o el que anuncia la convocatoria a referendum (es una votación sobre un tema concreto) o el que nombra oficialmente a los embajadores. Pero una de las funciones más importantes es que es jefe del Ejército, aunque siempre tiene que contar con el Ministro de Defensa del Gobierno. Hace unos años, en 1981, el Rey Juan Carlos I tuvo que actuar muy en serio contra unos militares que entraron en el Congreso, donde se reúnen los políticos, pegando tiros para intentar acabar con la Democracia. No pudieron porque el Rey, ordenó al Ejército que nadie les apoyara y al final fueron detenidos.

La Corona, el título de Rey, es hereditario: pasa de padres a hijos. De todos los hijos, el que hereda el título de Rey es el primer hijo varón que nace, el chico más mayor, aunque tenga hermanas mayores que él. Si todas las hermanas son mujeres, entonces será Reina la mayor. Este sistema de sucesión no se ajusta al derecho de igualdad de todas las personas, sean del sexo que sean, porque en este caso, tienen ventaja los hombres. Esta discriminación y el hecho de que sea hereditario, vienen de que la Monarquía es una institución que nació de la Edad Media y ha llegado hasta el siglo XXI, al que ha tenido que ir adaptándose, aunque todavía le queda. En España hace muchos años que se eliminó esta discriminación a la hora de heredar la Corona, pero como el rey que lo hizo no pudo llegar a promulgar oficialmente la ley, seguimos con estas coletillas medievales.

Por ejemplo: en la Democracia los cargos no son hereditarios, no pasan de padres a hijos, sino que son elegidos por votación de los ciudadanos. El único cargo hereditario es el de Rey, que, como decimos, tiene la función de Jefe de Estado, o sea, máxima representación del Estado. Esto no cuadra con el resto de las instituciones democráticas. Sin embargo, es como todo en Democracia: si la mayoría de ciudadanos está conforme con mantener la figura del Rey, aunque sea hereditaria, pues se mantendrá, y si la mayoría decide que prefiere un Jefe de Estado por elección, pues pasaremos a ser una República. Hay ciudadanos que piensan que es mejor una República y ciudadanos que prefieren la Monarquía.

El heredero lleva el título de Príncipe de Asturias, y sólo puede reinar a partir de los 18 años, la mayoría de edad. Ser Príncipe tiene ventajas e inconvenientes, como por ejemplo que: desde pequeño ya sabe que tiene que ser Príncipe, no puede elegir, o que para poder casarse tienen que autorizarlo su padre, el Rey, y los políticos (las Cortes). O sea, que no tiene el derecho de todas las personas a contraer matrimonio libremente, que habíamos visto antes. Lo que sí puede hacer el Príncipe, si quiere hacer su vida sin estas obligaciones, es renunciar a la Corona.

El Rey y el Príncipe, en su nombramiento, tienen que jurar que está de acuerdo con la Constitución y que se comprometen a hacer que todos la cumplan. El Rey cobra un sueldo que le paga el Estado, como a los demás funcionarios.