Un proyecto de ConcienciaCívica
sábado, 6 de diciembre de 2008
14. ¡CUÉLGATE LA MEDALLA!
¡¡ENHORABUENA!!. Has leído todo lo que dice la Constitución. Si quieres que te enviemos una medalla virtual (es un dibujo) junto con tu nombre y el día en que terminaste de leer la Consti, envíanos un correo con tu nombre y la fecha a concienciacivica@ymail.com y te la enviaremos. Es así:
13. EL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Y REFORMAR LA CONSTI
El Tribunal Constitucional también revisa y decide en caso de que surja algún conflicto entre el Estado y las Comunidades Autónomas o si algún ciudadano cree que no se están respetando sus derechos y libertades fundamentales, que están detallados en la Constitución y que ya vimos antes.
Este Tribunal está formado por 12 personas muy prestigiosas y respetadas, que pueden ser Jueces que lleven muchos años en ejercicio, profesores de Universidad, funcionarios, abogados... El caso es que deben de ser personas muy sabias porque las sentencias de este Tribunal no se pueden apelar: o sea, que no hay vuelta de hoja.
LA REFORMA DE LA CONSTITUCION
Nada es perfecto, y la Constitución tampoco, por eso se puede reformar. Claro que para reformarla hay que organizar tal movida y tiene que haber tanta gente de acuerdo, que no se puede reformar así como así. Para ir mejorando la vida de los ciudadanos y solucionar los fallos que van surgiendo, se van creando nuevas leyes, que aprueban las Cortes: o sea, no es necesario reformar la Constitución cada vez que se quiere cambiar o mejorar alguna ley. La reforma de la Constitución se plantea para casos muy especiales. Por ejemplo, si la Constitución se redactó hace tantos años que la sociedad ha ido cambiando mucho y hay cosas que ya no tienen nada que ver con la sociedad actual
Los únicos que pueden proponer una reforma de la Constitución son el Gobierno, el Congreso o el Senado. Para que se apruebe esta propuesta tiene que votarse en el Congreso y en el Senado y estar de acuerdo una mayoría muy amplia de sus miembros y, si se aprobara, habría que celebrar un referéndum para que todos los ciudadanos votaran si quieren o no la nueva Constitución.
Y esto es todo. Y a partir de aquí a los ciudadanos nos corresponde conocer y proteger lo que se dice en nuestra Constitución, firmada por el Rey y por los presidentes de las Cortes, el Congreso y el Senado de 1978, para que podamos ir mejorando un sistema, la Democracia, que es el mejor de todos los que se conocen y que sólo funciona en unos cuantos países del mundo. Nosotros tenemos ese privilegio y esa responsabilidad, porque si la sal se vuelve sosa ¿quién la salará?
12. LA ORGANIZACION TERRITORIAL DEL ESTADO
El Estado intenta que el reparto de la riqueza sea equilibrado entre todas las partes del territorio, para que no haya unas que sean muy ricas, muy ricas y otras muy pobres, muy pobres. Los derechos y obligaciones de los españoles son iguales en todas las Comunidades, provincias y municipios.
LAS COMUNIDADES AUTONOMAS
Las Comunidades Autónomas son 17, más 2 ciudades autónomas. Las comunidades son: Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Aragón, Cataluña, Navarra, La Rioja, Extremadura, Castilla-León, Madrid, Castilla-La Mancha, Valencia, Murcia, Andalucía, Islas Baleares y Canarias, y las ciudades: Ceuta y Melilla.
Las Cortes pueden autorizar la formación de una Comunidad Autónoma, si se cumplen las condiciones necesarias.
Ya hemos visto que el presidente de la Comunidad y sus ayudantes son elegidos por los ciudadanos de esa Comunidad mediante las elecciones, igual que las elecciones a Presidente de Gobierno. Así, en las Comunidades se forman unos gobiernos en pequeño: con su presidente y sus consejeros, que son como los Ministros.
Si, por ejemplo, la Ministra española de Educación, tiene que repartir el dinero entre las Comunidades para construir colegios nuevos, tendrá que ver lo que dicen los consejeros de educación de todas las Comunidades para saber qué se necesita en cada una. El Ministro de Sanidad tendrá que ver lo que dicen los consejeros de Sanidad y la Ministra de Cultura lo que dicen los consejeros de Cultura.
Igual que en el resto del país, en las Comunidades Autónomas el poder se reparte en: legislativo (Asamblea o Parlamento), ejecutivo (el Consejo de Gobierno con su presidente) y judicial (Tribunal Superior de Justicia).
Las Comunidades pueden tomar sus propias decisiones sobre algunos temas (siempre, claro, de acuerdo con la Constitución y las leyes), pero hay otros temas sobre los que decide el Estado. También reciben dinero del Estado y pueden tener sus propios impuestos.
viernes, 5 de diciembre de 2008
11. ECONOMIA Y HACIENDA
Por ejemplo: el Estado facilita que todos podamos participar en la Seguridad Social (la institución que utiliza el dinero de los impuestos para que podamos ir al hospital, tener derecho a cobrar desempleo si estamos en paro o cobrar pensión si estamos jubilados), que todos podamos participar en las empresas, que son las que generan dinero y que se formen cooperativas (empresas en las que los dueños son los que trabajan en ellas), que los trabajadores puedan ser dueños de los equipos de producción. Hay que decir que un buen empresario es algo muy importante y bueno para la economía, pero también es muy bueno que haya buenos trabajadores que quieran formar su propia empresa sin tener un sólo empresario. Da igual cómo sea la forma que tome: el Estado debe formentar las buenas iniciativas que sirvan para mejorar la sociedad. Ya sabemos que las cosas no son perfectas y que hay muchos fallos que resolver, pero el objetivo debe a perseguir a la hora de tomar medidas será siempre el bien común.
El Estado también hará lo posible para que se modernicen y desarrollen los sectores económicos (o sea, los distintos grupos en los que uno puede trabajar) pero sobre todo: agricultura, ganadería, pesca, artesanía y zonas de montaña.
El Estado hará sus planes para que la economía funcione mejor, para que se cree más riqueza y para distribuirla mejor. Es decir, el Estado recauda dinero de los impuestos (el fondo de Hacienda) y no se lo queda: lo utiliza para mejorar las cosas que necesitan los ciudadanos (recuerda: el gobierno reparte el fondo entre los Ministerios y las Comunidades, encargados de crear y mantener: hospitales, bibliotecas, colegios, carreteras...).
Para saber cuánto dinero hay que dedicar a cada cosa, el Gobierno tiene que recibir información de las Comunidades Autónomas, los sindicatos, economistas y organizaciones de profesionales y empresarios.
El Estado también se encarga de conservar las propiedades que son del Estado (es decir, que no son de una persona sino que pertenecen a todos los ciudadanos), por ejemplo: los monumentos, las playas, bosques...
Y como todo este dinero sale de los impuestos, el Estado es el que se encarga de decidir cuántos impuestos tiene que pagar cada uno. Aunque las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos también pueden pedir sus propios impuestos.
LOS PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO
Esto es como la lista de la compra. Vamos a compararlo con una familia: los padres, o sea el Estado, consiguen dinero trabajando, o sea, de los impuestos, miran a ver qué se necesita: pagar los libros del cole, ropa, comida, arreglar el coche, juguetes..., o sea, consultar con las Comunidades, sindicatos, patronal, y para saber cuánto dinero hay que dedicar a cada cosa, hacen la lista, o sea, los presupuestos generales del Estado.
Los presupuestos generales del Estado los elabora el Gobierno cada año y tiene que llevarlo a las Cortes para que sean aprobados.
Para controlar que el dinero de los impuestos se está gastando correctamente y que nadie se aprovecha, existe el Tribunal de Cuentas, que vigila cómo se gasta el dinero y que cada año manda un informe a las Cortes donde explica cómo ha ido todo y si han pillado a alguien con las manos en la masa.
miércoles, 3 de diciembre de 2008
10. EL PODER JUDICIAL
Los Jueces tienen que ser independientes y tener en cuenta sólo lo que dice la ley. Vamos, que aunque el acusado le caiga bien al Juez, si él ve que ha hecho algo en contra de la ley, tiene que condenarle, y aunque le caiga mal, si ve que es inocente, tiene que absolverle. Además, deciden, según lo que dice la ley, cuál es la pena o el castigo que tiene que cumplir el condenado.
Para ser Juez hay que hacer la carrera de Derecho y luego seguir estudiando muchos años para aprender muy bien todas las leyes. Por eso, los miembros del poder Judicial son los únicos que pueden juzgar. En otros sistemas que no son democráticos, los políticos pueden juzgar y condenar si les da la gana, pero en un sistema democrático no: tiene que haber un juicio y un juez que decida después de escuchar a todas las partes. Esta es una de las características más importantes de los sistemas democráticos.
Los ciudadanos tenemos derecho a juicios justos en los que tengamos la oportunidad de defendernos y también la responsabilidad de cumplir las sentencias de los jueces y colaborar con la Justicia. Las decisiones de los jueces tiene que estar explicadas: el Juez dice si ha decidido que un ciudadano tiene razón o no y tiene que explicar porqué lo cree. Si un Juez se equivoca al juzgar a un ciudadano, el Estado le compensará con una indemnización. El Tribunal Supremo es un grupo de jueces que pueden decidir si un Juez se ha equivocado en un juicio.
Los Jueces no pueden tener otros cargos públicos: si quieren pasar a ser políticos, por ejemplo, tienen que dejar el puesto de Juez. La Justicia es gratuíta: nadie tiene que pagar a los Jueces, ya que es el Estado el que paga sus sueldos.
Los Jueces y el funcionamiento de los juzgados están organizados por el Consejo General del Poder Judicial, que es un grupo de 21 jueces, magistrados, abogados y juristas, que se eligen cada cinco años.
martes, 2 de diciembre de 2008
9. LAS CORTES Y EL GOBIERNO
Las Cortes Generales son el poder legislativo, es decir, la reunión de los políticos de todos los partidos que han sido elegidos por el pueblo para que trabajen sacando leyes. Las Cortes Generales se dividen en dos partes: el Congreso y el Senado.
Cada 4 años se celebran elecciones generales para ver quién es el Presidente del Gobierno. Cada partido tiene a un candidato que quiere ser presidente, a los políticos que forman su equipo y el programa con todas las cosas que van a hacer si les eligen. Los ciudadanos decidimos quién nos parece mejor y el día de las elecciones ponemos nuestro voto en una urna transparente. El partido que más votos ha sacado es el que gobierna, aunque también pueden gobernar varios partidos juntos si entre todos sacan más votos y se ponen de acuerdo. Los que no han tenido suficientes votos para gobernar forman la Oposición y trabajan vigilando que el Gobierno haga las cosas bien y no se pase. Los miembros del partido que gobierna y los de la Oposición, se llaman los diputados y se reunen en el Congreso para sacar las leyes. En el Congreso hay entre 300 y 400 diputados.
Como ya vimos, cualquier español adulto que tenga todos los derechos políticos (o sea, que no esté en la cárcel, por ejemplo) puede presentarse a las elecciones y tiene derecho a votar, incluso si está fuera de España (entonces, envía el voto por correo).
El Senado es la otra cámara de las Cortes. En el Senado están los representantes de las provincias, regiones y comunidades de España. Cada provincia tiene 4 senadores, menos Ceuta y Melilla que tienen 2 y las islas, que tienen 3 por cada isla grande y 1 por cada isla pequeña. Los senadores también se eligen por votación de los ciudadanos cada 4 años. Así que, en las mismas elecciones, se meten dos votos en la urna: uno para elegir gobierno (los que van a ir al Congreso) y otro para elegir al que representa a tu provincia (los que van a ir al Senado).
No se puede formar parte al mismo tiempo de las Cortes y del poder judicial o de la Policía o el Ejército, porque cada poder tiene que tener su parcela, no pueden estar mezclados. Los diputados y senadores reciben un sueldo del Estado, como el Rey y los demás funcionarios.
En el Congreso se celebran reuniones para que todos los diputados puedan hablar por turnos y trabajar haciendo leyes. El que pone orden en los turnos es el presidente del Congreso. En el Senado también se celebran reuniones y hay un presidente del Senado.
La cosa sería más o menos así: los diputados de los partidos políticos están reunidos en el Congreso y los del partido "A" dicen: últimamente los trabajadores se quejan de que el salario mínimo que aparece en la ley es demasiado bajo y que quieren subirlo al doble; proponemos cambiar la ley para que en vez de 100, por ejemplo, sean 200. Entonces, todos los parlamentarios van a ver en qué ley está lo del salario mínimo: en el Estatuto de los Trabajadores. El partido "B" estudia la propuesta y dice que 200 le parece mucho, que con 150 ya va bien. El partido "C" dice que no hay que subirlo. El partido "D" dice que está de acuerdo con el partido "B". En fín, cada grupo da su opinión sobre el tema. Luego se reúnen para llegar a acuerdos de cómo va a quedar la ley finalmente. Lo escriben y lo votan en las Cortes. Si hay más votos a favor, cambian la ley que había por una nueva, y si hay más votos en contra, la ley que había se queda como está.
Hay veces que las Cortes le encargan al Gobierno que desarrolle una ley o el Gobierno dicta una ley provisional porque hay un tema urgente y no pueden esperar a las reuniones y votaciones de las Cortes. Pero lo que no puede sacar el Gobierno y sólo pueden hacerlo las Cortes son las leyes orgánicas. Son las leyes más importantes porque afectan a los derechos fundamentales de la persona, a las libertades de los ciudadanos o a los Estatutos de Autonomía, o sea, las de una Comunidad Autónoma.
Las Cortes, además de sacar las leyes, son las que autorizan a que se celebre un referéndum, que es una votación de los ciudadanos sobre un tema especialmente importante. Por ejemplo, hace unos años había que decidir si España formaba parte de la OTAN, que es un grupo de países que juntan sus ejércitos para defenderse en caso de ataque, y se organizó un referéndum que preguntaba: "¿quieres que España forme parte de la OTAN?" Los ciudadanos votaron y salió que sí y ahora España forma parte de la OTAN. Un referéndum puede hacerse en cualquier momento, no es como las elecciones que se celebran cada 4 años.
Las Cortes también tienen que autorizar los acuerdos políticos, militares o económicos de España con otros países, esto es, los Tratados Internacionales.
EL GOBIERNO
Como habíamos visto, de los tres poderes del Estado: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, el Gobierno es el Ejecutivo, que se encarga de poner en marcha las leyes que salen de las Cortes, tanto las que son para el funcionamiento del país, como las que sirven para ver cómo se relaciona nuestro país con los demás.
El Gobierno está formado por: el Presidente, que es el jefe de los Ministros y revisa cómo van resolviendo los problemas, los Vicepresidentes, que son los que se encargan cuando el Presidente está de viaje, por ejemplo, y los Ministros, que son los que ayudan al Presidente cada uno en un asunto, por ejemplo: Ministerio de Sanidad (Hospitales, servicios sanitarios y salud de los ciudadanos), Ministerio de Economía (Hacienda, pago de impuestos y reparto del dinero para las necesidades del país), Ministerio de Cultura y Deportes (Museos, Exposiciones, Bibliotecas, Conciertos, Teatro, Cine, Competiciones...), Ministerio de Educación (Colegios, Institutos, Universidades, Guarderías..), Ministerio de Medio Ambiente (Limpieza del Agua, Ahorro de Energía, Bosques, Playas...), Ministerio de Industria (Fábricas...), Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Ministerio de Defensa (Ejército), Ministerio de Interior (Policía), Ministerio de Asuntos Exteriores (Relaciones con otros países). Estos son sólo algunos ejemplos y no todos los gobiernos tienen los mismos ministerios: depende de cómo organice los temas cada uno.
Ya vimos que los gobiernos se eligen cada 4 años: los distintos partidos se presentan con sus candidatos (los que quieren ser Presidentes), con su equipo (los que quieren ser Ministros) y su programa (el plan de cosas que piensan hacer si les eligen). El que sale elegido Presidente tiene que ir al Congreso, presentar su plan ante los diputados (algunos de su partido y otros de otros partidos) y conseguir que la mayoría de ellos le apoyen. Si su partido ha sacado muchos votos y ha conseguido que haya muchos diputados, entonces está claro que le eligen. Si sus diputados no tiene la mayoría absoluta (o sea, más de la mitad), entonces tendrá que llegar a un acuerdo con otros partidos para que sus diputados le apoyen o gobernar sin la mayoría absoluta y negociar con los demás a lo largo del tiempo que esté gobernando. Los partidos que no están en el gobierno forman la oposición.
Si, a lo largo de los 4 años que dura cada legislatura, el Gobierno lo hiciera tan mal que todos en el Congreso estuvieran protestando todo el rato, o si el Presidente muere o dimite, entonces se pueden celebrar elecciones adelantadas, o sea, antes de que se cumplan los 4 años.
LA ADMINISTRACION PUBLICA
Para que el Gobierno pueda poner en marcha las leyes que van saliendo, necesita a muchas personas trabajando. En los Ministerios hay grupos de personas que se encargan de distintos asuntos, por ejemplo: si sale una ley que dice que los niños de la ESO tienen que aprender a tocar un instrumento en la clase de música, entonces el Ministro de Educación se encargará de ver cuántos colegios hay, cuantos niños de la ESO, cuántos profesores de música que saben tocar instrumentos, si hacen falta más, si hacen falta nuevos libros, cuándo se va a poder poner en marcha la ley, cuánto dinero hace falta para hacer todo esto.... El Ministro necesita ayuda de sus colaboradores, de las Comunidades Autónomas, de los directores de los colegios. Todas estas personas que trabajan con el Ministro, son funcionarios y ellos y los organismos en los que trabajan (también los profesores), forman la Administración Pública.
La Administración Pública tiene que funcionar de acuerdo con lo que dice la ley, no puede hacer cada uno lo que le dé la gana, y trabajarán para ello lo mejor que cada uno pueda para que el equipo funcione lo mejor posible.
El Ejército, la Policía y las fuerzas de Seguridad, dependen del Gobierno y tienen que proteger las libertades y los derechos de todos y conseguir que haya seguridad, o sea, que nadie se pase con los derechos de los demás. Hay una ley que determina lo que pueden hacer y lo que no pueden hacer. Como ves, aquí todo se regula por ley, y la ley ha sido votada en las Cortes por los políticos que hemos elegido los ciudadanos votando en las elecciones.
LAS RELACIONES DEL GOBIERNO Y LAS CORTES GENERALES
O sea, las relaciones del Gobierno con los diputados de su propio partido y con los diputados de la Oposición. Aunque a veces parece que se pasan la vida discutiendo, el Gobierno y la Oposición tienen que colaborar para que las cosas funcionen lo mejor posible. Por eso, si el Congreso o el Senado le piden al Gobierno información sobre las cosas que está haciendo para poner en marcha las leyes, el Gobierno tiene la obligación de dársela. Si las Cámaras piden que venga algún miembro del Gobierno a dar explicaciones, éste tiene que ir, y él también puede ir cuando quieran, aunque no le llamen.
El objetivo es que los ciudadanos, y sus representantes, estén informados en todo momento sobre la marcha de la vida política.
Si una parte del Congreso está en contra de lo que hace el Gobierno, en general, puede proponer una moción de censura, o sea, que se vaya el Gobierno y pongan a otro. Si la mayoría del Congreso vota a favor de la moción de censura, el Gobierno tiene que dimitir y se nombra a un nuevo Presidente de Gobierno, que es el que aparece en la moción de censura. Esto de la moción de censura para cambiar el Gobierno es algo que no se usa casi, es sólo para casos muy exagerados de mal Gobierno. Lo normal es que el Gobierno y la Oposición discutan sobre las cosas y a veces se pongan de acuerdo y a veces no, pero sin cambiar de Gobierno así por las buenas.
lunes, 1 de diciembre de 2008
8. LA CORONA, O SEA, EL REY
Muchas de sus funciones son representativas, o sea, que una vez que los políticos deciden que se apruebe una ley, el Rey es el que lo anuncia oficialmente, o es el que anuncia a los candidatos al Presidente de Gobierno, o el que anuncia la convocatoria a referendum (es una votación sobre un tema concreto) o el que nombra oficialmente a los embajadores. Pero una de las funciones más importantes es que es jefe del Ejército, aunque siempre tiene que contar con el Ministro de Defensa del Gobierno. Hace unos años, en 1981, el Rey Juan Carlos I tuvo que actuar muy en serio contra unos militares que entraron en el Congreso, donde se reúnen los políticos, pegando tiros para intentar acabar con la Democracia. No pudieron porque el Rey, ordenó al Ejército que nadie les apoyara y al final fueron detenidos.
La Corona, el título de Rey, es hereditario: pasa de padres a hijos. De todos los hijos, el que hereda el título de Rey es el primer hijo varón que nace, el chico más mayor, aunque tenga hermanas mayores que él. Si todas las hermanas son mujeres, entonces será Reina la mayor. Este sistema de sucesión no se ajusta al derecho de igualdad de todas las personas, sean del sexo que sean, porque en este caso, tienen ventaja los hombres. Esta discriminación y el hecho de que sea hereditario, vienen de que la Monarquía es una institución que nació de la Edad Media y ha llegado hasta el siglo XXI, al que ha tenido que ir adaptándose, aunque todavía le queda. En España hace muchos años que se eliminó esta discriminación a la hora de heredar la Corona, pero como el rey que lo hizo no pudo llegar a promulgar oficialmente la ley, seguimos con estas coletillas medievales.
Por ejemplo: en la Democracia los cargos no son hereditarios, no pasan de padres a hijos, sino que son elegidos por votación de los ciudadanos. El único cargo hereditario es el de Rey, que, como decimos, tiene la función de Jefe de Estado, o sea, máxima representación del Estado. Esto no cuadra con el resto de las instituciones democráticas. Sin embargo, es como todo en Democracia: si la mayoría de ciudadanos está conforme con mantener la figura del Rey, aunque sea hereditaria, pues se mantendrá, y si la mayoría decide que prefiere un Jefe de Estado por elección, pues pasaremos a ser una República. Hay ciudadanos que piensan que es mejor una República y ciudadanos que prefieren la Monarquía.
El heredero lleva el título de Príncipe de Asturias, y sólo puede reinar a partir de los 18 años, la mayoría de edad. Ser Príncipe tiene ventajas e inconvenientes, como por ejemplo que: desde pequeño ya sabe que tiene que ser Príncipe, no puede elegir, o que para poder casarse tienen que autorizarlo su padre, el Rey, y los políticos (las Cortes). O sea, que no tiene el derecho de todas las personas a contraer matrimonio libremente, que habíamos visto antes. Lo que sí puede hacer el Príncipe, si quiere hacer su vida sin estas obligaciones, es renunciar a la Corona.
El Rey y el Príncipe, en su nombramiento, tienen que jurar que está de acuerdo con la Constitución y que se comprometen a hacer que todos la cumplan. El Rey cobra un sueldo que le paga el Estado, como a los demás funcionarios.
jueves, 20 de noviembre de 2008
7. LOS DEBERES DEL ESTADO CON LOS CIUDADANOS
El Estado intentará que el dinero que recauda a través de Hacienda (el fondo), se reparta de manera justa entre las comunidades españolas, para que no haya unas en las que se viva muy mal y otras en las que se viva muy bien. Es que se ha demostrado que, cuando una parte está muy bien y otra extremadamente mal, empiezan los problemas que, al final, acaban afectando a todos. Para que no haya muchas diferencias es importante que no haya paro (personas sin trabajo), y por eso el Estado se encarga de evitarlo.
Las instituciones del Estado cuidarán de que las condiciones de trabajo sean buenas: por ejemplo: los sueldos, las horas que hay que estar trabajando, los lugares de trabajo, los centros de aprendizaje de los trabajadores. Es verdad que los ciudadanos tenemos el derecho y el deber de trabajar para conseguir dinero con el que poder vivir, pero eso no significa que tengamos que hacer cualquier cosa por dinero: no tenemos que hacer cosas que vayan contra nuestros derechos para poder trabajar.
El Estado tiene que mantener la Seguridad Social, que es la que te permite subsistir si te pasa algo grave: te pones enfermo o te quedas sin trabajo o si te jubilas por la edad. De hecho, todos los trabajadores pagamos parte de nuestro sueldo para formar el fondo de la Seguridad Social. Así, cuando nos pasa algo, podemos recibir parte de ese dinero hasta que el problema se solucione. Si la gente se escaquea y no paga a la Seguridad Social, luego no habrá dinero en caso de necesidad.
El Estado tiene que proteger la salud de los ciudadanos, así que tiene que organizar bien los hospitales y servicios sanitarios para cuando estamos enfermos y fomentar que podamos hacer deporte y actividades que beneficien nuestra salud. Por eso, de vez en cuando se organizan campañas a favor del deporte, de la buena alimentación o en contra del tabaco y las drogas.
El Estado también tiene que facilitar y promover otras cosas que mejoran nuestra calidad de vida: como que todos tengamos acceso a la cultura, o sea, bibliotecas, museos, cine, música, teatro, y todas las artes, en general. O también mejorar las condiciones para la investigación científica y conservar y proteger el medio ambiente. Se vive mucho más feliz en un entorno bien cuidado que en un sitio que está hecho un asco. Otra cosa que debe conservar el Estado, son las obras de arte, la cultura y las tradiciones de los pueblos españoles. La cultura y las tradiciones de los lugares en los que hemos nacido forman parte de nuestras raíces, nos ponen en contacto con nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos...con los antepasados y quienes contribuyeron a formar los lugares que ahora conocemos. Son importantes para la persona y porque contribuyen a la diversidad: a que unos lugares sean distintos de los otros y aporten cosas diferentes. Por eso, y aunque el Estado tiene que protegerlo, los ciudadanos tenemos la obligación de cuidar esa riqueza también, respetando la que aportan los demás.
El Estado tiene que proteger el derecho a una vivienda digna de todos los españoles. Je, je, je. Ultimamente se habla mucho de este derecho. No significa que a todos nos tengan que regalar una casa automáticamente, pero lo que sí tiene que hacer el Estado es luchar contra la especulación, es decir, contra las maniobras de algunos para intentar que suban los precios de las casas. Hay cosas con las que, si se especula, no es un gran problema: los diamantes, los abrigos de piel... Si sube mucho el precio de estas cosas, pues vale, habrá muchas personas que no tendrán diamantes, no pasa nada. Pero si sube mucho el precio de las viviendas y muchas personas no pueden acceder a una, entonces ¿qué hacen? ¿dónde viven? ¿y a la sociedad le interesa tener a un montón de gente en la calle, sin casa? La vivienda es algo necesario, y por eso hay que protegerlo. Pero no sólo el Estado, sino el resto de los ciudadanos. Por eso, la obligación del Estado es evitar la corrupción de los políticos que se encargan de decidir qué terrenos se dedican a la construcción e impedir que haya ciudadanos que se pongan a jugar al "Monopoli" con las viviendas. Una vez más, este problema se resuelve con la colaboración de la Justicia y de los ciudadanos.
El Estado tiene que ayudar especialmente a los ciudadanos que lo tienen más difícil por sus desventajas físicas o mentales y a los ancianos: por ejemplo, los jubilados cobrarán pensiones, o sea, que cuando ya son mayores y dejan de trabajar, cobran un sueldo que sale de la Seguridad Social, porque para eso han estado pagando una parte, todos los meses, mientras estaban trabajando.
El Estado vigilará para que las cosas que compramos estén en buenas condiciones y no nos timen. Los que compramos, o sea los consumidores, tenemos que estar informados y denunciar los engaños para evitar que los timadores sigan a su bola. Es muy interesante formar asociaciones de consumidores para luchar contra el timo.
Para controlar que el Estado cumple con sus obligaciones y que no hay abusos contra los ciudadanos, está el Defensor del Pueblo, al que pueden pedir ayuda los ciudadanos si tienen algún problema con el Estado.
jueves, 13 de noviembre de 2008
6. DERECHOS Y DEBERES DE LOS CIUDADANOS
Derecho y deber de defender a España. Bueno, bueno, este derecho-deber tiene miga: éste fue el derecho-deber que dio origen al servicio militar obligatorio, por el que todos los chicos, a partir de los 18 años tenían que pasarse un año de soldados. Esto era un poco problemático: primero porque sólo obligaba a los chicos, no a las chicas que también son ciudadanas, segundo porque había chicos que eran pacifistas y se negaban a aprender a manejar armas. Hace unos pocos años se suprimió la obligación y se decidió que fuera soldado sólo el que quisiera, como una profesión más. De todas formas, la Constitución dice que las obligaciones militares de todos los españoles se regularán por ley, esto significa que, si en un momento dado no hace falta, pues todos tranquilos, pero si fuera necesario por que se produce una guerra, o una catástrofe, se puede establecer por ley quiénes tienen que ir a dar el callo. (Mira Israel: donde hacen la mili chicos y chicas y tienen que volver cada varios años, hasta que son casi ancianos).
Derecho-Deber de contribuir con parte de tu dinero a la bolsa de dinero conjunta, que mantiene al Estado. El Estado es la organización política del país, que se encarga de crear infraestructuras como carreteras, hospitales, colegios, museos y todo lo que necesitamos en una sociedad. En lugar de que cada uno se haga su trozo de carretera, su hospital y su museo, ponemos el dinero en un fondo y con eso se van pagando las instalaciones necesarias. El fondo se llama Hacienda y los ciudadanos tenemos la obligación de dar una parte de lo que ganamos: el que gana más, pone su parte que suele ser mayor que la parte que pone el que gana menos. Así, el que gana menos contribuye pero no se arruina. Los funcionarios que trabajan para el Estado (incluyendo a los políticos y al presidente del Gobierno, que también son funcionarios), tienen la obligación de no quedarse con el dinero del fondo y de velar por que todo el dinero vaya a donde tiene que ir, no repartirlo como a ellos les de la gana. Si lo hicieran mal, estarían siendo corruptos y los ciudadanos tendríamos que denunciarlo porque es nuestro dinero. Lo malo de no denunciar la corrupción, es que al final los corruptos se hacen los amos y arruinan a la sociedad. Los corruptos son, simplemente, los jetas, y hay que impedir que se salgan con la suya.
Derecho del hombre y la mujer a casarse en igualdad y a separarse si no les gusta estar casados. Este derecho también parece de coña, pero hay que pensar que, hasta hace pocos años, la mujer tenía menos derechos, por ejemplo: no tenía derecho ni a votar. En España, preguntad a vuestras abuelas: si de jóvenes querían abrir una cuenta en el banco o comprar una casa no podía hacerlo solas aunque tuvieran dinero: tenían que ir con su padre o con su marido. De ahí lo de remarcar "en igualdad". Por cierto que, hablando de igualdad, hace poco se ha aprobado por ley que se puedan casar los homosexuales, o sea, personas del mismo sexo: hombre con hombre y mujer con mujer. En cuanto a lo de separarse, esto también trajo cola porque a una parte de los españoles su religión les prohíbe separarse y no estaban de acuerdo con la ley de divorcio. Al final se hizo la ley para que, al que su religión se lo permita se pueda divorciar si quiere, y el que no pueda, que no se divorcie o lo consulte en su iglesia.
Derecho a la propiedad privada, o sea, a que cada uno tenga cosas propias, y derecho a heredar. Sí, parece tonto, pero en muchos países (por ejemplo, los de organización comunista) la propiedad privada no existe: las cosas que se usan las presta el Estado y, cuando el ciudadano muere, pasan otra vez al Estado. En nuestro país, el Estado sólo puede quedarse con propiedades nuestras si las necesita por utilidad pública, pero nos tiene que indemnizar. Por ejemplo: si tienes un terreno y el Estado decide hacer una autopista que pasa por ahí, se puede quedar con tu terreno, porque la autopista será para que la utilicemos todos, pero eso sí, te lo tiene que pagar.
Derecho-deber de trabajar. El trabajo de cada uno es nuestra manera de contribuir a que la sociedad funcione. Todos tenemos alimentos, ropa, medicinas, libros porque alguien trabaja para que lo tengamos y porque, al trabajar nosotros, ganamos dinero para pagarlo. Para evitar situaciones injustas en el trabajo, hay una ley que establece lo que se puede y no se puede hacer. Por ejemplo: hay un salario mínimo, que significa que nadie puede cobrar menos de ese dinero porque con menos no se puede vivir dignamente. También se establece que uno puede elegir qué trabajo quiere hacer, que no te traten peor por ser hombre o mujer. La ley en la que se recogen todas las normas relativas al trabajo se llama "Estatuto de los trabajadores".
Derecho-deber de los trabajadores y empresarios de sentarse a negociar las condiciones de trabajo, siempre dentro de lo que dice la ley. Es lo que se llama la "negociación colectiva". Ahí cada uno tira para su terreno, pero la ley marca los límites para que no puedan pasarse ni uno ni otro.
Derecho a formar una empresa. Es muy importante que los empresarios puedan formar empresas y muy importante que los trabajadores puedan trabajar en ellas en buenas condiciones. Por ello, el Estado protege la formación de empresas, siempre que contribuyan a mejorar la sociedad y la economía. En algunos países, las empresas estatales prácticamente no existen y casi todo es empresa privada: los ciudadanos pagan pocos impuestos, pero pagan cada servicio que utilizan (hospitales, colegios, museos....). En otros países, no existe la empresa privada y todo es estatal: los ciudadanos pagan muchos impuestos y los servicios son gratuítos. En España es un "max-mix": hay empresas estatales y empresas privadas, pagamos impuestos medianos y tenemos unos servicios que son gratuítos y otros que son de pago.
jueves, 16 de octubre de 2008
5. DERECHOS FUNDAMENTALES.
Derecho a la vida y a que te traten bien. Es decir, prohibido matar, torturar o maltratar. Prohibida también la pena de muerte.
Derecho a pensar como quieras y tener la religión que te vaya mejor, o no tenerla, siempre que no hagas nada que vaya contra la ley. En realidad, cada uno puede pensar como quiera, hasta la burrada más gorda, porque no es posible entrar en el cerebro para ver qué está pensando alguien. La verdadera limitación viene cuando la idea sale del cerebro. Si pasas de pensar una burrada a hacerla o a incitar a otro para que la haga, te encuentras con el límite de la ley. Aparte de esto, el derecho a la libertad ideológica significa que, con ese límite del respeto al otro, cada uno puede estar de acuerdo o desacuerdo con las ideas que crea convenientes. Este derecho a la libertad ideológica no existe, por ejemplo, en las dictaduras porque hay libros que está prohibido leer y corrientes de pensamiento que está prohibido seguir o enseñar. Bueno pues en Democracia se fomenta que haya distintas ideologías porque, cuanta más gente haya pensando, más ideas saldrán para ir mejorando la sociedad, que es el objetivo. En cuanto a la religión, lo mismo: mientras respeten la ley todas son aceptables. El Estado español es laico, o sea, que no hay una religión oficial.
Derecho a estar libre, pero la ley dicta que te pueden detener y quitarte la libertad si cometes ciertos delitos. Sólo pueden detener las fuerzas del orden autorizadas y tienen que dejar que el detenido hable con un abogado. Además la policía sólo puede detener a una persona durante unas horas, luego un juez tiene que decidir si tiene que seguir detenida o se la deja en libertad.
Derecho a la propia imagen: a vestir, peinarse y tener el aspecto que uno quiera, a que le respeten a uno y a su familia (y a los demás y a sus familias, claro), en definitiva, a que nadie se meta en la vida de nadie.
Derecho a que no se entre en una vivienda, se lean las cartas o se espíen conversaciones de teléfono sin permiso. Si la policía necesita hacerlo para aclarar un delito, tiene que ser con permiso de un juez.
Derecho a que cada uno viva donde quiera, pueda viajar por España y a que entre y salga del país. Que ya, que es como decir "derecho a hacer turismo", pero que no siempre ha sido así y en muchos países no pueden hacerlo. Hay muchas dictaduras en las que no puedes viajar fuera y a las que no puedes entrar sin permiso.
Derecho a la libertad de expresión: relacionado con la libertad de pensamientos e ideas, que vimos antes, existe la libertad de que cada uno pueda expresar esas ideas poniéndolas por escrito (en libros, periódicos, internet...), o de palabra (conversaciones, radio, televisión...), o con imágenes o por cualquier medio, siempre que no falte al respeto a los demás.
Derecho a reunirse pacíficamente y a asociarse, siempre que no sea para cometer delitos. Las asociaciones son muy útiles para conseguir objetivos comunes, pero no están permitidas asociaciones como las bandas de delincuentes, por ejemplo.
Derecho a votar para elegir a los gobernantes, como ya vimos al principio, pero tembién a presentarte para que te voten. O sea, que cualquier adulto puede presentarse para presidente de gobierno, alcalde o presidente de una comunidad. Otra cosa es que le elijan.
Derecho a que, si a un ciudadano le acusan de un delito, pueda defenderle un abogado y sea juzgado por un juez en un juicio justo. No se puede acusar a nadie y enviarlo a la cárcel, sin más, por mucho que el que le acusa esté convencido de que es culpable. Nuestro sistema dice que todos somos inocentes hasta que se demuestra lo contrario. Vamos, que si estás convencido de que alguien a cometido un delito tienes que demostrarlo, no vale con decir: "ha sido él".
Cuando se demuestra en un juicio que una persona es culpable de un delito y el juez le condena a ir a la cárcel, se le quita el derecho a la libertad, pero se mantienen casi todos sus derechos: no se le puede maltratar o impedir que lea, trabaje o se le cure si está enfermo, por ejemplo. El objetivo de meter a alguien en la cárcel es que no haga daño a los demás y que allí trabaje y estudie, para tener la oportunidad de cambiar. En la cárcel hay programas para explicar que si todos empezamos a saltarnos la ley, al final se irá todo a hacer puñetas. Hay presos que se reinsertan, o sea, que ven que es mejor contribuir a que las cosas funcionen, y dejan de cometer delitos, pero otros no.
Derecho a la educación. Este derecho es importantísimo, porque para que nuestra sociedad funcione bien y podamos contribuir a mejorarla, es necesario conocerla y aprender sus reglas. La enseñanza no sólo es un derecho, sino que para los niños es obligatoria. Y es gratis para que puedan ir al colegio, Intituto y Universidad, tanto los que tienen más dinero como los que tienen menos. Los niños tienen que conocer los derechos y las obligaciones de nuestra sociedad para que puedan formar parte de ella y, contribuyan a mejorarla. También tienen que aprender otras materias para mejorar su desarrollo como personas y porque cuanto mejor educados estemos, menos leyes y prohibiciones harán falta. Algunas materias son obligatorias y otras, como la religión, se pueden elegir. Porque el sentimiento religioso es algo muy personal y no se puede obligar a nadie a que no lo tenga ni a que lo tenga por fuerza.
Derecho a sindicarse. Como ya hemos visto antes, los sindicatos son asociaciones de trabajadores para evitar abusos de los jefes (que tienen sus asociaciones para evitar los abusos de los trabajadores). Pues bien, los trabajadores tienen derecho a ponerse en huelga cuando no hay manera de ponerse de acuerdo con la patronal. La huelga es, mas o menos, decir: en estas condiciones de trabajo tan injustas nos negamos a trabajar hasta que no se arregle. Pero, claro, la huelga tiene unas condiciones, no se puede hacer en plan burro. Es sólo para cuando los trabajadores están realmente mal. Existe una ley que establece qué se puede hacer y qué no se puede hacer en una huelga. Por ejemplo: si la huelga es de metro, autobús, avión u otro transporte, tiene que haber servicios mínimos, es decir, que no pueden dejar de trabajar todos a la vez porque el resto de la gente se quedaría sin transporte.
Este derecho surgió en la época en la que se crearon las primeras fábricas y, como no existía una ley que lo prohibiera, algunos dueños de las fábricas obligaban a trabajar, incluso a niños, muchísimas horas al día y en condiciones miserables para que les saliera más barato. Entonces todos los trabajadores se rebelaron y exigieron condiciones de trabajo dignas.
viernes, 5 de septiembre de 2008
4. DERECHOS Y DEBERES DE LOS ESPAÑOLES
Derecho a ser español si has nacido español o te nacionalizas.
Derecho a tomar tus decisiones a partir de los 18 años. A esta edad ya eres adulto y puedes decidir por tí mismo. De un día para otro tienes muchos derechos como votar, trabajar y cobrar dinero, vivir por tu cuenta, pero también obligación de cumplir la ley y contribuir a que la sociedad vaya bien. Los adultos podemos comprarnos un descapotable pero también ir a la cárcel, y ninguna de estas dos cosas son posibles si eres niño.
Los extranjeros que estén en España tienen los mismos derechos y deberes que los españoles, excepto votar. Aunque en su país tengan una ley diferente, en España se aplica la ley española. Si en su país no hay democracia y les persiguen por sus ideas, pueden pedir refugio en España.
Derecho a que la ley nos trate a todos por igual, aunque tengas el sexo que tengas, votes a quien votes, pienses lo que pienses, hayas nacido donde hayas nacido, tengas o no religión o seas como seas. Resumiendo: que aunque seamos diferentes, nuestros derechos sean iguales.
jueves, 28 de agosto de 2008
3. COMUNIDADES Y PARTIDOS
El siguiente artículo va de quiénes forman la nación española, o sea, España. Así como en una familia con varios hermanos cada uno es diferente pero todos se apellidan igual, en España hay distintas comunidades pero todas son españolas. Cada comunidad tiene su cultura y su lengua: si vas a Galicia y luego a Andalucía ves muchas diferencias en el paisaje, en la música, en el modo de hablar, en la comida, pero tanto Galicia como Andalucía son España. Lo mismo pasa con Asturias, Cantabria, el País Vasco, Cataluña, Aragón, Navarra,
La lengua oficial de nuestro país es el castellano o español, aunque muchas comunidades utilizan dos: el español y la suya. Tiene gracia porque hay sitios en las que ves a dos personas hablando: una en castellano y la otra en catalán, por ejemplo, y se entienden. Parece que han inventado un lenguaje nuevo.
Con las banderas pasa igual: cada comunidad tiene la suya, pero la de toda España es la de tres bandas: roja, amarilla y roja, que se inventó Carlos III, para que se viera bien al ponerla en los barcos de la época. Lo que se hace en las Comunidades es poner las dos: la de España y la suya.
Todos los países tienen una ciudad donde está el Gobierno y se llama capital. En España, desde la época de Felipe II, es Madrid, que está justo en el centro. La ciudad de Madrid está dentro de la comunidad que también se llama Madrid.
Bueno, pues siendo muy importante esto de las culturas, las lenguas, las banderas y las capitales, lo más importante de todo es que cada español sea libre de decidir qué manera de gobernar es mejor. Y para eso están los partidos políticos. Cada partido representa una manera de gobernar. Los partidos pueden presentarse en todas las comunidades, porque aunque dos personas hablen la misma lengua eso no significa que piensen igual en todo. Así, en la misma comunidad puede haber personas de distintos partidos políticos. Y puede ser que personas de distintas comunidades que hablan lenguas distintas, voten al mismo partido político porque creen que es la mejor opción. También puede ser que una persona vote a un partido en unas elecciones y a otro en las siguientes porque piensa que a veces un partido viene mejor y otras veces interesa más otro partido. En fin, lo bueno es que uno es libre de votar lo que quiera en cada elección y que si creemos que el partido que gobierna no lo hace bien, podemos votar para que gobierne otro. (Le votas o le "botas"... ¿lo pillas?)
De todas formas, como las elecciones son cada 4 años, y los partidos no pueden hacerlo todo, hay otras asociaciones en las que se puede participar. Por ejemplo, los grupos de sindicatos y patronales. Estas son asociaciones para asuntos de trabajo. Los sindicatos defienden que los jefes no se pasen con los empleados y las patronales defienden que los empleados no se pasen con los jefes. Así, cada cierto tiempo se reúnen para ver cómo van a ser los sueldos (ni muy altos ni muy bajos), las horas que hay que estar en el trabajo (ni estar allí todo el día ni estar un rato y largarse), que los puestos de trabajo estén en buenas condiciones, o sea, que se trabaje bien.
Todos los grupos y asociaciones se encargan de tareas distintas pero con la condición de que no hagan nada que vaya en contra de
El ejército es el encargado de que todos respetemos
En definitiva, tanto los partidos políticos como las asociaciones, instituciones, ejército, tienen la obligación de cumplir
miércoles, 20 de agosto de 2008
2. MI PRIMERA CONSTITUCION
Una Constitución es como el libro de instrucciones de una sociedad. Imagínate que te reúnes con tres amigos para jugar al parchís y nadie se sabe las reglas. Lo más probable es que cada uno tire el dado cuando quiera, se coma las fichas del otro como le venga bien, avance hacia adelante o hacia atrás según le convenga y, al final, todos protesten por lo que hacen los demás. En la sociedad pasa igual. Por eso, los adultos se reúnen para establecer unas reglas que permitan que vivamos lo más cómodamente posible los unos con los otros. El mapa de los derechos y deberes de los ciudadanos y de cómo está organizada la sociedad, es la Constitución. Todas las leyes que se elaboren para facilitar la convivencia y evitar abusos, se redactan teniendo en cuenta lo que dice la Constitución y nunca podrá votarse una ley que vaya en contra de ella.
España es una nación formada por muchos pueblos que, a lo largo de su historia, ha tenido siete Constituciones. La última, que es la que tenemos ahora, se aprobó en 1978 y es la única que se ha hecho con el acuerdo y colaboración de todos los partidos que había en ese momento. Se consiguió gracias a que todos estamos convencidos de que no queremos otra guerra civil que divida al país en dos grupos que se odian.
Cuando los "Padres de la Constitución" se reunieron para escribirla, se preguntaron ¿cómo podemos tener justicia, libertad y seguridad para todos los ciudadanos?. Y con ese objetivo, se pusieron a pensar y a redactar las normas, los derechos y las obligaciones de los ciudadanos que aparecen en la Constitución y se desarrollan en las leyes. Pero para que ese objetivo se cumpla de verdad, es necesario que todos conozcamos las reglas, nuestros derechos y nuestras obligaciones y los pongamos en práctica. Están detalladas en los artículos de la Constitución, y el primero explica quién manda en nuestro país:
Había varias posibilidades: a) que mandara una sola persona y todos los demás obedecieran. Esta opción se llama dictadura y parece sencilla, pero tiene el problema de que si el que manda se equivoca, entonces todos los demás se equivocan con él. Además, en una dictadura los que no están de acuerdo no pueden opinar y esto va en contra de los derechos humanos. ¿Y cómo decidir quién manda: echándolo a los chinos, a las cartas, a tortas....? . Eran tantos problemas que esta opción se descartó. b) que todos los ciudadanos adultos puedan votar cada cuatro años a los políticos que les parezcan mejores. Es la opción de la Democracia y, aunque es un poco más complicada que la primera, tiene la ventaja de que si te parece que un partido político lo hace bien, le votas y si te parece que lo hace mal, votas a otro. Así, mandamos entre todos y todos podemos opinar.
Por eso, en el primer artículo, se dice que España es una Democracia, en la que hay partidos políticos y elecciones. Cada partido político representa a una ideología y a una manera de resolver los problemas. Las elecciones se celebran para que todos los ciudadanos adultos puedan votar para decidir cuál de esos partidos les parece mejor. Es la parte que dice: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado". ¡Qué punto!: todos los poderes y los que deciden sobre las leyes están ahí porque los elegimos nosotros.
1. COMO USAR ESTE LIBRO
"El hombre es un animal social"
Aristóteles
Bienvenidos. Estais a punto de entrar en contacto con
Os animamos a leerla, a comentarla con vuestros padres y en el colegio. Sea cual sea vuestra religión, forma de pensar o, incluso si aún no teneis ninguna,
En "ConcienciaCívica" creemos que, un ciudadano que lee por primera vez su Constitución, es digno de colocarse una "medalla". Por eso, junto con este libro, que no es más que la manera en que nosotros le explicaríamos
Una vez hayas leído "Mi primera Constitución" puedes colocarte la medalla. Esperamos que, al hacerlo, entiendas un poco mejor cómo hemos llegado juntos hasta aquí.